Mente de principiante: La técnica para adaptarse en tiempos de cambio

Mente de principiante: La técnica para adaptarse en tiempos de cambio

¿Te acuerdas cuando aprendiste a andar en bicicleta? 

 

¿Recuerdas tu curiosidad, asombro y entusiasmo en relación a aprender los nuevos movimientos corporales que tenías que realizar para mantener el equilibrio arriba de la bicicleta?

Esa es la emoción que caracteriza el concepto “mente de principiante”. Tener la mente de un principiante significa que te acercas al mundo a través de los ojos de un niño, de un aprendiz, de un principiante. Significa que miras cada situación en la que te encuentras como si fuera la primera vez que la ves.   

 

El origen de este concepto es por una paradoja del budismo zen japonés (‘shoshin’), la cual plantea que entre más sepamos sobre un tema, es más probable que cerremos nuestra mente para seguir aprendiendo. Es decir, se basa en una especie de mentalidad abierta que puede permitirnos aprender nuevas habilidades, tomar mejores decisiones y ser más empáticos.

 


A medida que vamos creciendo, vamos perdiendo esa curiosidad genuina repleta de emociones, ya que vamos creando nuestro propio sistema de creencias, compuesta por nuestras amistades, conocimientos profesionales y especialidades en relación al oficio que escogimos para servir a la sociedad; por ende, nos vamos volviendo cada vez más expertos en nuestros temas. Sin querer, vamos formando una mentalidad más rígida con un cierto orden mental de cómo funciona el mundo y esto muchas veces lleva consigo que busquemos caminos más seguros para nuestros futuros, en relación a este sistema que conforma nuestra realidad, nuestra verdad. 

 

Aquí es donde entra en juego la mente de principiante.

Usando este concepto, podemos recuperar la sensación de entusiasmo, curiosidad y asombro que experimentamos cuando aprendemos algo nuevo, incluso si ya no es nuevo. 

 

Este concepto se está utilizando mucho en el rubro laboral, en donde los colaboradores de una empresa luego de realizar durante años su trabajo de la misma manera, de un día para otro se determina que el trabajo se realizará de forma distinta, ya sea porque se requiere un nuevo sistema, nuevas competencias, un nuevo mindset, etc.

 

La mente de principiante es una tremenda herramienta para que en este tipo de escenarios, las personas puedan adoptar el cambio con curiosidad, asombro y entusiasmo. 

Usar la mente de un principiante significa estar abierto, dejar de lado las ideas preconcebidas y mantener la curiosidad.

¿Qué puedo hacer para cultivar una mente de principiante?

 

Por lo general, la mente de principiante es algo que practicamos durante la meditación.

Empezar las mañanas con 5-10minutos de práctica de meditación en donde te enfoques en llevar tu propia atención al momento presente, sin categorizar los pensamientos y observar como si estuvieras mirando todo por primera vez, con curiosidad, con asombro, dejando de lado nuevamente las categorías y las ideas preconcebidas de tus pensamientos, con calma, sin apuro, con ternura; nuevamente observar el presente tal cual es , sin ninguna categorización. 

 

No te voy a engañar, los pensamientos y emociones van a venir en nuestra práctica, hasta a las personas con más experiencia les pasa, pero el secreto está en tomar ese “pensamiento, emoción o recuerdo”, observarlo con calma (sin juzgar) y lentamente volver a la práctica, concentrándonos en el aquí y ahora, momento presente. 

 

Ahora, imagina si pudieras aplicar esto a cada actividad de tu vida, ¿crees que sería distinta tu disposición a la hora de ver la vida o enfrentar algún cambio?  

 

Columna de Bernardita Feliú. Psicóloga con diplomado en Mindfulness y auto cuidado, con certificación internacional de HealthCoach y Prosci Change Management.

Instagram: @ps.bernarditafeliu