¿Una mala alimentación de pequeños nos afecta de grandes?

Como sociedad estamos acostumbrados a premiar y entregar cariño a nuestros hijos a través de la comida. Dulces, papas fritas y chatarra. El resultado: niños con sobrepeso con padres que piensan que dejarán de serlo cuando se peguen el “estirón”. La pregunta es, si comemos mal de niños, ¿tenemos menos beneficios de adultos en relación a aquellos que optaron por una alimentación más saludable?

Según un estudio publicado en la revista del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), actualmente Chile ocupa el 6° lugar mundial en obesidad infantil y el primero en América Latina, teniendo un 70 por ciento que los niños de nuestro país sean obesos en el corto plazo.

Para la nutricionista de Vegan Salud Nicole Allende es muy importante comer sano desde pequeños, ya que en la niñez se adquieren los hábitos alimenticios, “si yo tengo buenos hábitos, voy a preferir alimentos saludables por sobre la chatarra y evitar así padecer enfermedades crónicas en la adultez”, comenta.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como distintas enfermedades no transmisibles y diferentes afecciones.

El Doctor Sania Nishtar, miembro del equipo que elaboró el informe de la Comisión de Finalización de la obesidad infantil (ECHO por sus siglas en inglés) de la OMS, dijo que «el impacto del sobrepeso y la obesidad en la calidad de vida de un niño, se enfrenta a una amplia gama de barreras, incluidas las consecuencias físicas, psicológicas y de salud. Sabemos que la obesidad puede tener un impacto en el nivel de instrucción también y, esto combinado con la probabilidad de que seguirán siendo obesos en la edad adulta, plantea importantes consecuencias sanitarias y económicas para ellos, sus familias y la sociedad en su conjunto».

Siguiendo la misma línea, para la especialista de Vegan Salud comer mal de pequeños afecta decididamente su salud futura, ya que aumenta de adultos el riesgo de padecer otras enfermedades tales como la diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares, entre otros. “Por lo tanto disminuimos la probabilidad de vida”, nos explica.

Entonces, los beneficios de comer sano desde pequeños son evidentes, pues la diferencia entre una buena y una mala alimentación repercutiría, según los expertos, sí o sí en nuestra salud. Por lo tanto, si alimentamos sanamente a nuestros niños “serán personas que se enfermarán menos durante la niñez, y que tendrán mejor rendimiento físico y calidad de vida en la adultez”, concluye Allende.

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