Consiste en estar solo, pero por voluntad propia y con el propósito de darle sentido a la vida.
Es un espacio de recogimiento, de meditación para descubrirnos a nosotros mismos escuchando nuestra voz interior, lo cual se hace absolutamente necesario para nuestro desarrollo personal.
Una gran mayoría de los seres humanos llegamos a este mundo solos, hay quienes vienen acompañados por uno o más hermanos, pero cada quien viene a vivir su propia experiencia. Es ahí donde comienza esa gran batalla llamada vida y nuestra lucha por alcanzar los infinitos logros durante el transcurso de ella, cuyo objetivo principal es hacernos personas felices y realizadas.
Pero los caminos para llegar a las metas no serán tareas fáciles, te golpearán, te caerás y tocarás fondo muchas veces y aunque estás hecho de carne y hueso, gozas de un regalo divino llamado cerebro, que sin duda, es el órgano más complejo de nuestro cuerpo, del que dependen todas las funciones y tareas que llevamos a cabo diariamente y que nos mantienen vivos. Nos sirve para pensar, razonar o hablar; como también para cosas tan esenciales como respirar, parpadear, soñar y emocionarnos, en pocas palabras es el motor central en el cual empieza y termina todo nuestro universo como seres humanos. Donde también se desarrolla el «pensamiento critico», que consiste en la capacidad de analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos y la auto corrección de esos pensamientos que generan tus estados a partir de tus vivencias, cuyo origen se remonta a la antigua Grecia en la mayéutica de Sócrates, la dialéctica de Platón y la retórica de Aristóteles.
Céntrate en este pensamiento y siempre encontrarás la forma de levantarte y salir adelante a alcanzar tus sueños, cumplir tus deseos y concretar tus planes.
Si has sido bendecido con buena salud, fortaleza, belleza, inteligencia y tanto más… aprovecha esa riqueza y reconócete afortunado.
Según el profesor Robert Lang, experto en dinámicas sociales de la Universidad de Nevada en Las Vegas, muchos de nosotros acabaremos viviendo solos en algún momento de nuestras vidas, ya que cada día nos acercamos más a la soledad. Por ejemplo, el matrimonio y formar una familia, hoy ya no son prioridad, cada día aumentan las tasas de divorcio en cualquier etapa de una relación.
Y mientras la vida nos parece corta las estadísticas nos muestran lo contrario, porque hoy se vive más, por lo tanto, tenemos más tiempo para estar «solos», por eso debemos elegir no hacerlo de forma egoísta, por el contrario, debemos compartir aquello que creamos, que reflexionamos o descubrimos explorando incluso más allá de nuestros sentidos.
Eso es elegir la «solitud» por sobre la soledad, sin excusas hacer algo en beneficio propio y de nuestro entorno pero con pasión sin pensar en tener que ser comprendido, ¡solo hazlo! Pero hazlo bien, para que sea un real aporte a la sociedad, de la que tú también eres parte.
Columna de Marissa A. Macchiavello
Life Coach
Instagram: @mmacchiavello4