Consolas, juegos y horas frente a una pantalla ¿Cosas de nerds o simple entretención? Conoce la historia de estos tres fanáticos de los videojuegos.
Patricio Youlton tiene 28 años, es front-end designer de la agencia de publicidad Doubleyou, y ya sabe lo que hará el próximo sábado. Apenas abra un ojo, encenderá su Play Station 4 y jugará Batman Arkham Knight durante todo el día. Su historia con los videojuegos se inició, al igual que la mayoría de los gamer, desde pequeño.
Cuando sólo tenía tres años sus padres le regalaron a él y su hermana un Atari 800XL, “de esos que para cargar juegos había que colocar casetes y esperar como 10 minutos (…) Desde ahí en adelante nunca paré. He tenido un montón de consolas y dedicado gran parte de mi tiempo libre a jugar”.
La suya es la Playstation, la cual la ha tenido prácticamente en todas sus versiones: Psx, Psone, Ps2, Psp vita, Ps3 + Ps move y ahora Ps4. “Siempre he simpatizado más con el Play. De chico jugaba mucho los distintos títulos de Final Fantasy, casi todos exclusivos para la consola de Sony, y ahora de grande sigue pasando con títulos que me gustan mucho: The Last of Us, Uncharted, entre otros”.
Pero la entretención no solo se encuentra en una consola. Patricio Abusleme tiene 39 años, es periodista, casado y con dos hijos. Quince años atrás era común verlo sentado jugando frente al computador por las amigas de la hermana que iban a estudiar a su casa. Hoy en sus tiempos libres, sigue disfrutando de este hobby.
Su incursión en los videojuegos también fue desde niño. Su primer recuerdo fue cuando tenía unos cuatro o cinco años y fue a buscar a su hermano mayor a la casa de un compañero de curso y estaban jugando Space Invaders de Atari. Al poco tiempo “nosotros tuvimos esa consola y jugamos los clásicos, como el Pac-Man, el Pitfall, el Space Invaders, el Pong, el Hero y tantos otros”, comenta.
Años después, jugó PlayStation 1 y en 2010 compró un PlayStation 3, “pero creo que soy gamer de PC. Siempre lo fui, en realidad”, dice Patricio. En 2013, su máxima ñoñería en videojuegos fue construir un PC para jugar. “Junté plata, compré las piezas (procesador, memorias, tarjeta de video, disco duro, lector de DVD, gabinete, placa madre, etc.), y lo ensamblé con mis propias manitas. Mucha gente puede decir lo mismo, pero generalmente se trata de técnicos e ingenieros. Siendo yo periodista, esa es toda una hazaña, creo”.
A diferencia de otros, Abusleme prefiere jugar en su computador. “Compro a través de Internet, descargo el juego al computador y ahí lo tengo”.
¿Qué piensa su mujer? “Vivir con un gamer sin ser uno es como vivir con un niño chico, que se emociona con los juegos nuevos, con las fases del juego que va pasando, etcétera (…) Pato ha intentado muchas veces mostrarme los juegos, habla de los gráficos, de cómo parecen reales, pero no hay caso. No es lo mío”, nos cuenta Camila De Holanda.
José Olavarría tiene 31 años y es ingeniero civil industrial. Hoy tiene una XBOX One, que es la última versión de la consola de Microsoft. “Desde el 2000 he jugado todas las versiones del PES (Pro Evolution Soccer) que es la competencia del FIFA. Hoy ya vamos en la versión 15 o 16”. Pero para él tener una consola es algo más que a antes, “es también un reproductor Blu Ray y un PC más. Por ejemplo, por ahí veo Netflix”, dice.
Y qué pasa con aquellos que dicen que jugar videojuegos es de nerds. Para José la situación es clara. “Cuando se habla de distensión lo importante es pasarlo bien. Si las dos horas que jugaste las disfrutaste, podríamos decir que está igual o mejor que el que fue a tomarse algo a un bar con expectativas de conocer alguna mina, y volvió con las manos y la billetera vacía”.
Patricio Abusleme también defiende su posición frente quienes piensan que su hobby es de ñoños. “A algunos les apasiona el fútbol, a otros, los autos, el tenis o el aeromodelismo. Los videojuegos son sólo otro pasatiempo, quizá es alguna forma de escapismo que te abstrae por completo. Tampoco tiene que ver con la edad. Quizás no existen muchos hombres mayores o ancianos que sean gamers: cuando ellos eran adultos, los videojuegos aún no existían. Pero los que crecimos con esto te aseguro que vamos a seguir jugando hasta que nos muramos”, concluye.