Durante mis últimas vacaciones en Portugal me enamoré de su belleza, de sus preciosos paisajes de palacios y jardines de ensueño. Un país que fusiona ideas y cultura, dónde se combina el estilo francés y el italiano con detalles arabescos y colores vivos para crear algo osado y único. Es a la vez moderno y clásico, natural y artificial.
Un lugar dónde se mezclan los ricos interiores con voluptuosos jardines. Esta colección, como los azulejos en blanco y azul que decoran los jardines portugueses, es la máxima expresión del romanticismo y tan única como atemporal.
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