Por Francisca Guevara
Encontrar una mujer que jamás haya sufrido de acumulación de líquidos en alguna parte de su cuerpo yo creo es casi imposible. ¿A quién no le ha pasado que se le hinchan tobillos, manos, muslos etc. al final de un día agitado, cuando hace mucho calor o en casos más extremos sufren de este problema diariamente por algún problema fisiológico? Las embarazadas deben ser las más afectadas por este problema, pero claramente es un mal que aqueja a la mayoría de las mujeres y por qué no también hombres.
Como olvidar cuando tenía siete meses de embarazo y quería ponerme mis zapatos preferidos y no había caso que me entraran. Para que les voy a mentir, sí me pasé de kilos, pero claramente no aumenté de número, sólo era el maldito líquido de más en mis pies.
Los factores que la desencadenan son muchos. El primero por excelencia es el consumo excesivo de sodio, así como también la falta de agua, la vida sedentaria, cambios hormonales, falla en riñones o hígado (en el menor de los casos), o el consumo de tabaco, alcohol y bebidas con gas.
Según los expertos, lo primero que debemos hacer cuando sufrimos de retención es mejorar el funcionamiento de nuestro sistema linfático, ya que es el encargado de transportar las sustancias de desecho y de mantener el equilibrio de líquidos en el organismo.
Pero ¿cómo mejoramos su funcionamiento? Según una publicación realizada por Rescata tu Salud, se debe reducir o eliminar el azúcar, harina refinada, alcohol, cafeína, alimentos procesados, colorantes y edulcorantes. Debemos consumir la mayor cantidad de alimentos orgánicos y en lo posible evitar los herbicidas y pesticidas. También hay que aumentar la ingesta de verduras hasta alcanzar el nivel recomendado diario de 5 raciones, como también realizar ejercicios periódicamente.
Finalmente, el punto del agua es muy importante, ya que en muchos casos el organismo la acumula como provisión al no ingerir la cantidad necesaria. Beber al menos 2 litros diarios de agua ayudará a la desintoxicación y el apoyo al sistema linfático.
Si aún no identificas si sufres de este problema, te recomiendo llevar un control semanal de tu peso. Si notas de una semana a otra un aumento muy brusco, lo más probable es que seas parte de las que padecemos este mal y debas seguir los consejos anteriores para combatirlo.