¿Por qué Estados Unidos continua siendo atacado?

49 muertos, 53 heridos y un país golpeado nuevamente por atentados terroristas, esta vez en una discoteque en Orlando, Florida. Acto homofóbico o libre acceso al porte de armas, lo cierto es que el hecho ya fue atribuido por el Estado Islámico (EI). Lo de este domingo se suma a la lista de los diversos ataques que Estados Unidos ha sufrido desde 2001.

Refresquemos la memoria. La matanza de San Bernardino de 2015, donde 14 personas fueron asesinadas; el tiroteo a centro de reclutamiento militar en Chattanooga, Tennessee, matando a cinco militares; el ataque en Dallas de 2015. La policía mató a dos jóvenes armados que abrieron fuego cerca de un centro en el que tenía lugar un concurso de caricaturas de Mahoma; la maratón de Boston en 2013, matando a tres espectadores e hiriendo a otros 264; el tiroteo en la base de Fort Hood, dejando un saldo de 13 muertos y 30 heridos; y el más recordados por todos, el de 2001, cuando cuatro aviones fueron secuestrados, y dos de ellos impactaron las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York, dejando 3 mil muertos.

Los responsables: emigrantes naturalizados estadounidenses, simpatizantes de la organización yihadista, soldados del califato, células de organizaciones terroristas extranjeras, antes de Al-Qaeda, hoy, del Estado Islámico.

El nivel de agresividad es desconcertante. Su vocero, Abu Mohamed al-Adnani, inste a sus seguidores en todo el mundo a actuar inspirados en la violencia de su manifiesto, “golpea su cabeza con una roca, o mátalo con un cuchillo, o atropéllalo con tu coche, o empújalo desde un lugar elevado, o asfíxialo, o envenénalo”. Cuatro meses después ocurriría lo de Charlie Hebdo.

Citando otra, «si puedes matar a un infiel estadounidense o europeo, especialmente al vengativo y sucio francés, o a un australiano o un canadiense, o cualquiera de los infieles que libran la guerra, incluidos los ciudadanos de los países que entraron en la coalición contra Estado Islámico, entonces confía en Dios y mátalo de cualquier manera».

El odio se dirige a un país que representa los valores opuestos a los que inculca el islamismo extremo y convoca al uso de violencia contra todos quienes no practiquen el salafismo (sunnismo radical).

¿Pero por qué Estados Unidos continua siendo atacado? Ya en 2014, el historiador Robert Freeman en el portal de noticias Common Dreams, aseguraba que el Estado Islámico “fue creado por EE.UU”. La primera etapa se produjo durante la guerra de Irak y el derrocamiento del gobierno secular de Sadam Husein, donde el estado norteamericano dejó en el poder a los chiítas.

Según el historiador, el que el Estado Islámico hubiera derrotado al ejército iraquí y kurdo (los peshmerga) se debe a que los sunitas prefieren aliarse con sus correligionarios yihadistas que hacerlo con sus «adversarios religiosos» chiítas.

La segunda etapa se dio en la campaña contra el Gobierno de Bashar al Assad en Siria. Cuando Estados Unidos en sus intentos de desestabilizar al Gobierno de Siria, ayudó a los «precursores» del Estado Islámico en el país. Y por último, la tercera etapa tuvo lugar cuando «EE.UU. organizó a Arabia Saudita y Turquía para que financiaran y apoyaran a los rebeldes en Siria», quienes, según Freeman, ya eran un «proto-Estado Islámico».

Otra de las causas es que se estima que el 95 por ciento de los ataques aéreos contra ISIS (sigla en inglés de Estado Islámico) en Siria e Irak son iniciativa de estadounidenses. La lista de razones suma y sigue.

Mientras el país norteamericano sigue conmocionado por lo vivido hace algunos días en Orlando, los dichos de los candidatos a la Casa Blanca se hacen sentir pues el discurso contra el terrorismo, no en vano, es considerado como un arma electoral.

El candidato republicano Donald Trump, quien como ya es sabido posee un discurso xenófobo, exigió actuar con «dureza e inteligencia» contra el «terrorismo radical islámico», y pidió la renuncia del presidente Barack Obama. «El presidente Obama desgraciadamente se negó incluso a decir las palabras ‘islam radical’. Solo por esa razón debería renunciar».

Estados Unidos recibe cada año más de 100 mil migrantes procedentes de Oriente Medio, y desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 «centenares de migrantes o sus hijos han sido implicados en actos de terrorismo en EE.UU”. «Si no actuamos con dureza e inteligencia muy rápido, ya no vamos a tener un país. Porque nuestros líderes son débiles, ya había advertido que esto iba a pasar, y solo está volviéndose peor», sostuvo el candidato presidencial republicano.

Por su parte, Hillary Clinton expresó en un comunicado que personas como el atacante de Orlando no deben tener acceso a las armas que usó él. La candidata está de acuerdo con la aprobación de leyes que restrinjan el derecho a poseer y portar armas, contemplado en la Segunda Enmienda a la Constitución de Estados Unidos.

«Esta es la mayor matanza (por disparos de una persona) en la historia de Estados Unidos, y eso nos recuerda una vez más que las armas de guerra no tienen lugar en nuestras calles», concluyó la aspirante presidencial demócrata.

Al parecer la violencia no cesa y se sumerge en las disputas por la carrera presidencial, pero la ciudadanía es la que decide, finalmente, cuánta dialéctica permitirá en el futuro gobierno para solucionar el tema tanto en la vida cotidiana en las calles, como para la política internacional. A estar atentos.

 

Compartir:

You May Also Like