La contaminación acarrea complicaciones en órganos y tejidos y la piel es la principal afectada. Común es ver dermatitis, inflamaciones, sequedad y envejecimiento, y, con bajas temperaturas, pueden además, aumentar los casos de rosácea.
Como ya es típico en esta época del año, Santiago se ha enfrentado a constantes situaciones de preemergencia ambiental debido a los altos índices de contaminación en el aire, lo que trae graves consecuencias a la salud.
Esta polución, junto con el frío, resulta ser una mezcla muy dañina para nuestra piel, por lo que debemos extremar los cuidados, siendo ideal realizarse tratamientos para el rostro, que es la zona más afectada por estos factores externos que provocan que la piel se deshidrate, se reseque y se parta.
Así lo explica la Dra. María Fernanda Binfa, directora médica de la Clínica Dra. Carmen Moren, aclarando que “esto se debe a que el frío produce localmente una irritación, sequedad, etc., pero además, produce una vasoconstricción en los capilares de la piel, los que disminuyen la irrigación sanguínea, causando que no llegue el suficiente oxígeno ni nutrientes a las células de la epidermis, dejando la piel con un aspecto apagado”.
Tratamientos ideales
La especialista señala que uno de los mejores tratamientos para hidratar es la aplicación de vitaminas junto con ácido hialurónico que, además, tienen un efecto antienvejecimiento. Por otro lado, se puede realizar un plasma rico en plaquetas, que es un procedimiento mínimamente invasivo. “Consiste en tomar una pequeña muestra de sangre del paciente, centrifugarla hasta obtener el plasma, el que se vuelve a inyectar mediante microinyecciones en la zona afectada, mejorando la circulación sanguínea y la oxigenación de la piel y logrando una piel más brillante, más tersa y más firme”, señala.
Por otra parte, la aplicación de láser también es muy recomendada, “porque estimula el colágeno y ayuda a recuperar todos los nutrientes que se pierden por el frío y la contaminación. Además, el hecho de que el sol no llegue tan fuerte en esta época permite hacer tranquilamente un peeling o utilizar un láser más abrasivo”, indica la directora médica.
Junto con estos tratamientos, también es importante llevar a cabo ciertas rutinas para cuidar la piel. “Usar protector solar durante todo el año, realizar limpiezas faciales periódicamente, alimentarse sanamente, mantener una correcta hidratación, etc., ya que en invierno uno tiende a dejarse estar. No hay que olvidar que la nutrición e hidratación debe ser tanto por dentro como por fuera”, finaliza.
Todos estos cuidados permitirán proteger y tener una mejor piel en invierno, así como también, estar mejor preparados para cuando vuelva el verano.