Si de evitar lesiones se trata, es necesario nunca olvidar calentar los músculos del cuerpo sobre todo antes de la actividad física.
Para comenzar es necesario saber que la sangre es la encargada de transportar el oxígeno que necesitan los músculos para producir energía al realizar trabajo aeróbico. Según un estudio realizado por el Cooper Institute for Aerobics Research de Dallas, muchas lesiones y algunos problemas cardíacos, como las arritmias, están asociados a la ejercitación violenta sin un previo calentamiento.
La entrada en calor permite que aumente gradualmente la frecuencia cardiaca, que la temperatura de los músculos se eleve y que las articulaciones se lubriquen, permitiendo prevenir los daños articulares. Según explica el libro “El calentamiento para la actividad física y deportiva”, de Leyva y Castro; todo calentamiento debe seguir pautas generales de ejecución para que resulte eficiente:
-Ser progresivo yendo de menor a mayor dificultad e intensidad.
-Ser aeróbico para que no se produzcan concentraciones de Ácido Lacto.
-Contener ejercicios de elasticidad y de amplitud de movimiento.
-La frecuencia cardiaca final debe estar cerca de las 120 pulsaciones por minuto.
-En ningún momento puede aparecer fatiga, por lo que hay que evitar repeticiones excesivas de un mismo ejercicio para que los músculos no se agoten.
Por otro lado, hay que aclarar que existen tres tipos de calentamiento: el general, el específico y el lúdico.
El primero consta en realizar ejercicios que actúen sobre grandes grupos musculares y que sirvan para efectuar posteriormente cualquier tipo de actividad deportiva.
En tanto, el calentamiento específico requiere tener claro el deporte que se realizará de manera principal para preparar los músculos que correspondan.
Por último, el calentamiento lúdico se utiliza mayormente en deportes colectivos, o de equipos, ya que se realiza mediante formas jugadas, lo que permite mayor unión y motivación del grupo.