Una piel revitalizada, hidratada y protegida se distingue a simple vista de una que no realiza este procedimiento. Independiente de la edad, los pasos a seguir son siempre los mismos: limpiar, aplicar tónico e hidratar. No obstante, existe una infinita gama de productos, por lo que hay poner atención al tipo de piel y a la necesidad que se desea cubrir.
¿Tienes exceso de brillo en el mentón, nariz y frente? ¿Al mínimo roce tu cara se enrojece? ¿Algunas partes de tu rostro lucen resecas y quebradizas? Estas son preguntas que responden a problemas muy frecuentes y dan cuenta de los tipos de piel de cada persona: grasa, sensible o seca. Según estas categorías, la industria cosmética ha creado productos para cada necesidad. Es por esto que se debe prestar atención a las señales que da el rostro para así poder tratarla adecuadamente.
Para realizar una rutina básica de belleza, es necesario seguir estos tres pasos fundamentales, además de los productos que debes elegir según el tipo de piel:
Paso 1: limpiador
La limpieza es el primer e imprescindible paso. Con una buena higiene, se evita la aparición de impurezas, como puntos negros y granitos. Deja la piel preparada para la aplicación posterior de cualquier producto, sea hidratante o sérum.
Paso 2: loción tónica
Luego del limpiador, el ph de la piel queda desequilibrado. Los tónicos tienen la función de recuperar esa normalidad, a su vez hidrata y cumple una función astringente, manteniendo el ph natural en equilibrio que ayuda a proteger la piel de los daños externos y permite una mejor penetración del hidratante facial y sus principios activos.
Paso 3: hidratante
La hidratación es un paso vital, pues una piel mal hidratada se deteriora rápidamente. Aparecen prematuramente las arrugas, manchas, además de perder la firmeza y vitalidad.
Ya teniendo claro la importancia de cuáles son los pasos, se debe identificar los productos adecuado según cada tipo de piel:
Para piel grasa o mixta: Se deben utilizar productos limpiadores en gel o espuma, ya que estos remueven con mayor intensidad la oleosidad del rostro y ayudan a mantener bajo control el exceso de sebo. De preferencia, se debe utilizar el limpiador facial purificante de árbol de té, ideal para limpiar las pieles con imperfecciones, eliminando las impurezas y sebo dejando la piel purificada.
El Tónico, puede ser astringentes (retraen los tejidos, desengrasa y calma) lo que ayuda a mantener controlado el exceso de sebo, disminuir el tamaño de los poros e hidratar. Pueden contener activos como hamamelis, té verde, aloe vera, salvia, romero, lúpulo, entre otros. También agentes antibacterianos.
El hidratante ideal para la piel grasa es en fluido o gel (nunca crema). Debe ser bajo o libre de aceites porque de lo contrario, aumenta la grasitud, tamaño de poros e impurezas. Los hidratantes deben contener activos como té verde, árbol de té, agentes cítricos y antibacterianos. La loción matificante de árbol de té de The Body Shop, hidrata ligeramente y absorbe con facilidad, sin obstruir los poros ni dejar una sensación grasa.
Para piel seca: este tipo de pieles tienden a tener los poros más cerrados y las glándulas sebáceas menos activas, por lo que la piel dura mucho más tiempo limpia. Se recomienda utilizar crema de limpieza, aceites limpiadores o bifásicos que contengan alto contenido de agentes hidratantes.
Las lociones tónicas para piel seca deben ser preferentemente emolientes (con propiedad de suavizar y ablandar) y contener ingredientes activos altamente hidratantes, como pepino, ginseng, aloe vera, jojoba, péptidos y vitaminas. El tónico hidratante de vitamina E de The Body Shop, elimina los restos del limpiador y las impurezas sin resecar la piel.
Este tipo de piel requiere un hidratante profundo. El mejor aliado será un producto que contenga activos como la manteca de karité, urea, vitaminas E y C, ácido hialurónico y ceramidas, por sus propiedades regeneradoras e hidratantes.
Para piel sensible o reactiva: Para limpiar este tipo de pieles, se deben utilizar leches limpiadoras o lociones micelares suaves, que especifiquen en su envase sus componentes. Es recomendable utilizar el limpiador calmante cremoso de la línea Aloe Vera de The Body Shop, que limpia e hidrata suavemente, eliminando las impurezas para lucir una piel limpia, fresca y calmada.
Las lociones para este tipo de piel idealmente deben tener activos suaves, calmantes y antiinflamatorios, libres de alcohol y perfumes. Idealmente deben contener activos como camomila, caléndula, menta, malvavisco, agua termal o salvia.
En este tipo de pieles se debe evitar las cremas que tienen preservantes como parabenos y perfumes, porque producen reacciones alérgicas. Es ideal utilizar cremas muy humectantes, para crear una barrera protectora, y que idealmente contengan glicerinas, vitamina E, ácido hialurónico o pantenol. Dichos activos son conocidos por sus propiedades regeneradoras.
Estos consejos servirán para una rutina de belleza básica y generar un hábito para una piel saludable. Sin embargo, existen productos que pueden complementar y potenciar cada uno de estos pasos. Por ejemplo, el uso de un exfoliante apropiado, un contorno de ojos que te permita trabajar la zona alrededor del ojo, un serum de tratamiento que actúe en las capas más profundas de la piel y/o un bloqueador solar, harán que la piel luzca radiante y esté en las mejores condiciones posibles.
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