Anticonceptivo masculino: ¿por fin responsabilidad compartida?

Sexualidad responsable, plena y segura. Hasta ahora el hombre solo ha podido hacer frente en cuanto a métodos de anticoncepción se trata mediante el uso de condones y sometiéndose a una vasectomía. El resto de la responsabilidad, querámoslo o no, recae en la mujer.

Hasta el momento siempre se habló de estas dos opciones. El condón es el más común, y no solo se presenta como un método ante un posible embarazo, sino también protege contra infecciones de transmisión sexual. Por su parte, la vasectomía es una operación que consiste en la ligadura y corte de los conductos deferentes que llevan los espermatozoides del testículo al pene.

Con dicha intervención quirúrgica, el hombre continuará produciendo líquido seminal, pero ya no habrá espermatozoides cuando eyacule. Si bien esta cirugía presenta una tasa de efectividad del 99 por ciento y puede ser eventualmente reversible, según cifras publicadas en www.clc.cl, en 2006 se realizaron 18.750 ligaduras de trompas y tan solo 75 vasectomías en el sistema público. Cifras bastante bajas…

Estos métodos no son suficientes, por lo que la medicina, el hombre, y por qué no decirlo, las mujeres aburridas de ingresar hormonas a su cuerpo, también quieren más alternativas ¿Qué nos ofrece el mercado?

Desde hace años venimos escuchando acerca de la «inyección anticonceptiva masculina» o RISUG (Reversible Inhibition of Sperm Under Guidance) un procedimiento asequible, mínimamente invasivo y lo más importante, ¡reversible!

El método que fue creado en 1970 por Sujoy Guha, un profesor de ingeniería biomédica en el Instituto Indio de Tecnología, en 2010 Parsemus Foundation, organización estadounidense sin fines de lucro, se adjudicó la patente, ha centrado sus recursos en el estudio de una inyección anticonceptiva ligeramente distinta, llamada Vasalgel.

¡Furor en redes sociales! Artículos, videos, fotos y comentarios no se hicieron tardar ¿Cómo funciona? Se inyecta un minúsculo gránulo de gel sintético en el conducto por el que pasa la esperma, justo en el extremo en el que se une al testículo. Una vez inyectado, el gel permanece en esa posición y actúa como filtro, permitiendo el paso de fluido, pero no del esperma.

El procedimiento no dura más de 15 minutos, y de esta forma, el gel filtrante se mantendrá intacto durante diez años, a menos que la persona cambie de opinión. Si este fuese el caso, recibirá una inyección de bicarbonato sódico para disolver el gel, permitiendo así que la “fábrica” vuelva a establecer su producción.

Según el director ejecutivo de Male Contraceptive Initiative, Aaron Hamlin. «Es imposible que metas la pata (…) Después, a la hora del sexo, no tienes que preocuparte de hacer nada más».

Sin embargo, ¿a dónde se van los espermios? No se sabe. Algunos aseguran que terminan siendo absorbidos por el organismo, o desactivados por la carga electromagnética del gel o por la acidez. Por este y otros motivos, los estudios y análisis continúan.

¿Cuándo estará disponible? A principios de 2018 ¿Y por qué no antes? Aún falta hacer pruebas en humanos y resolver problemas de financiamiento. Hasta ese entonces, la responsabilidad seguirá cayendo sobre las mujeres, pero no por mucho tiempo…

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